Por encima de todo, la mejor mochila para ti es la que mejor se adapta a tu cuerpo. Una de las claves para encontrar esa mochila adecuada es conseguir una de la talla correcta (por ejemplo, pequeña, mediana, grande). La longitud del torso -no la altura- es la medida clave.
En este artículo ofrecemos los pasos necesarios para medirlo en casa. También cubrimos cómo ajustar tu nueva mochila y te sugerimos ajustes para gestionar la comodidad durante su uso. Estos consejos son aptos tanto para mochilas para viajar, mochilas de tipo urbanas, senderismo, etc.
Si necesitas ayuda para decidir la capacidad y las características de la mochila que mejor se adaptan a tus necesidades, lee Mochilas: Cómo elegir.
Mide la longitud de tu torso
Para determinar con precisión esta especificación clave, necesitarás un amigo y una cinta métrica flexible.
- Inclina la cabeza hacia delante y busca la protuberancia ósea donde la inclinación de los hombros se une al cuello. Se trata de la séptima vértebra cervical (o C7) de la parte superior de la longitud del torso.
- A cada lado de tu cuerpo, desliza las manos por la caja torácica hasta la parte superior de los huesos de la cadera (también conocida como cresta ilíaca). Con los dedos índices apuntando hacia delante y los pulgares hacia atrás, dibuja una línea imaginaria entre los pulgares. Este punto en la zona lumbar es la medida de la parte inferior de tu torso.
- Ponte de pie y pide a tu amigo que mida la distancia entre la C7 y la línea imaginaria entre tus pulgares. Esa es la longitud de tu torso.
Utiliza la longitud de tu torso para encontrar tu talla de mochila
Los rangos de torso para las tallas de mochila varían entre las marcas y los modelos, así que comprueba siempre la tabla de tallas de cualquier mochila que estés considerando. Si te encuentras entre dos tallas, te aconsejamos que vayas a una tienda física a probar ambas alternativas y elegir la que más se ajuste a tu cuerpo. Además, dado que las medidas caseras rara vez son perfectas, el mejor ajuste siempre lo obtendrás si te pruebas físicamente las mochilas.
Mide tu talla de cadera
Si bien es raro que el tamaño de la cintura/cadera de una mochila sea incorrecto si el tamaño de la mochila es correcto para la longitud de tu torso, sigue siendo importante comprobar la medida de tu cadera. La mayor parte del peso de la mochila recae sobre las caderas, por lo que un buen ajuste del cinturón es fundamental.
Para medir tu talla de cadera, rodea con la cinta métrica la parte superior de tus caderas, abrazando la cresta ilíaca que encontraste al medir la longitud de tu torso. Esta línea es ligeramente más alta que la línea del cinturón, por lo que el tamaño del cinturón difiere ligeramente del tamaño de la cintura.
Comprueba que la medida de cintura/cadera de la mochila que has elegido es la adecuada para ti.
Ajusta la longitud del torso
La suspensión ajustable que se encuentra en muchas mochilas permite que una mochila se adapte a una gama más amplia de longitudes de torso y que se ajuste con mayor precisión a los usuarios individuales. Las distintas marcas utilizan sistemas diferentes, pero la mayoría son bastante intuitivos. Si compras una mochila con esta característica, la longitud del torso es tu primer -y más importante- ajuste.
Si el resto de los ajustes no parecen funcionar correctamente, vuelve a comprobar y ajustar la longitud del torso. Las correas de ajuste no pueden compensar un sistema de suspensión ajustable mal ajustado.
Ajusta en casa
Tu nueva mochila tiene varias correas para ajustar su carga para una mayor comodidad. Las piernas tienen algunos de los músculos más fuertes del cuerpo, por lo que el objetivo es ajustar las correas para que la mayor parte de la carga descanse sobre las caderas.
Tienes cuatro correas de ajuste principales:
- Cinturón de cadera
- Correas de los hombros
- Correas elevadoras de carga
- Correa de esternón o de pecho
Empieza con unos 15 kilos de peso en la mochila para simular una carga. También necesitarás a tu amigo o un espejo para ayudarte a comprobar el ajuste después de cada paso de ajuste. Afloja ligeramente todas las correas de ajuste antes de empezar.
Los ajustes se producen en dos fases principales:
- Lo principal: correas de los hombros/cinturón
- El final: elevadores de carga/correa de esternón o de pecho
Además, dado que el ajuste es un proceso dinámico, los excursionistas experimentados trabajan continuamente para aliviar los puntos de presión jugando con la tensión de las correas.
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Primer paso: Cinturón de cadera
- Ponte la mochila. Mueve el cinturón de cadera hasta que el acolchado abrace la parte superior de los huesos de la cadera (la cresta ilíaca). Si queda demasiado bajo o demasiado alto, aprieta o afloja las correas de los hombros para subir o bajar el cinturón de cadera.
- Abrocha la hebilla del cinturón de cadera y apriétela. Ten cuidado de no apretar demasiado el cinturón: Debe quedar ajustado y seguro sin pellizcar incómodamente las caderas.
- Comprueba las secciones acolchadas del cinturón de cadera para asegurarte de que se asientan en la parte superior de tus caderas; si no es así, reajusta las correas de los hombros y el cinturón de cadera. Prueba diferentes tensiones hasta encontrar el punto óptimo.
- El acolchado del cinturón debe sobrepasar ligeramente la parte delantera de los huesos de la cadera. También necesitas al menos una pulgada de espacio libre a cada lado de la hebilla central: Si tiene menos, busca una que tenga un cinturón más pequeño disponible.
Segundo paso: Correas de los hombros
- Tira hacia abajo y hacia atrás de los extremos de las correas de los hombros para tensarlas.
- Las correas de los hombros deben rodear los hombros, pero NO deben soportar un peso significativo. Si lo hacen, estarás ejerciendo una tensión indebida sobre los músculos de los hombros, el cuello y la parte superior de la espalda.
- Comprueba que los puntos de anclaje de las correas de los hombros de tu mochila están a una o dos pulgadas por debajo de la parte superior de tus hombros, aproximadamente en la parte superior de tus omóplatos. Si no es así, entonces el cinturón de cadera está a un nivel incorrecto o la longitud del torso de la mochila es incorrecta.
- Varía la tensión de las correas de los hombros apretando y aflojando las correas. Aprende a ajustar las correas en pequeños incrementos para que puedas aliviar cualquier punto de presión o dolor durante tu excursión.
Tercer paso: elevadores de carga
- Las correas elevadoras de carga conectan la parte superior del arnés de los hombros a un punto de anclaje cerca de la parte superior del panel trasero. Cuando se tensan, deben formar un ángulo hacia el cuerpo de la mochila de aproximadamente 45 grados.
- No aprietes demasiado los elevadores de carga. Un exceso de tensión que se siente muy bien al principio puede pellizcar las articulaciones de los hombros y crear molestias. Procura que la tensión quede ajustada, no rígida. Si notas un espacio en la parte superior del arnés de los hombros, afloja los elevadores de carga y vuelve a intentarlo.
Cuarto paso: Correa de esternón o de pecho
- Desliza la correa de esternón o de pecho hasta que quede a una altura cómoda sobre el pecho: aproximadamente un centímetro por debajo de las clavículas.
- Abrocha y aprieta la correa de esternón para ajustar las correas de los hombros a una anchura que te permita mover los brazos libremente.
- Evita el error común de apretar demasiado la correa del esternón. Esto puede distorsionar el ajuste general del arnés, contraer los músculos del pecho y restringir la respiración.
Ajustar la mochila cuando ya estás en marcha
Después del kilómetro 10, tu ajuste casi perfecto puede parecer un recuerdo lejano. Un buen ajuste, sin embargo, requiere una atención continua mientras que te mueves.
- Domina cómo se ajustan los distintos elementos jugando con todas las correas cuando recibas la mochila por primera vez.
- Asegúrate de que siempre puedas volver a tu ajuste preferido memorizando el aspecto que tiene cuando lo ajustas en casa.
- Ajusta las correas mientras vas de excursión para aliviar los dolores y los puntos de presión. La prueba y el error te dirán lo que funciona mejor para tu mochila y tu cuerpo.
- Una táctica común para gestionar la fatiga de la carga es apretar las correas de los hombros y aflojar el cinturón de la cadera, y luego invertir esos pasos más tarde.
- Ten en cuenta la posición del cuerpo: Inclinarse ligeramente hacia delante hará que la carga se sienta más equilibrada.
- Quítate la mochila cada vez que te pares a descansar. De este modo, tu espalda, que tanto trabaja, tendrá la oportunidad de descansar y respirar mientras estiras los músculos sobrecargados.
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